13 septiembre 2019

Fullería mancomunada en la Sierra Norte

Después de un tiempo alejado de este  blog, hoy he tenido el irrefrenable impulso  de volver a escribir. Para aquellos a los que les interese mis cuitas, les diré que he retomado la actividad municipal, un mundo que me resulta muy interesante por la cercanía con el ciudadano, además es la acción política que menos ideología contiene en su interior aunque es una actividad muy desagradecida, lo cual espolea mi querencia por permanecer en ella. En resumen, es un reto, y los retos me gustan mucho.
Entre mis tareas se encuentra la de la vocalía por el municipio de Navalafuente en una mancomunidad de la Sierra Norte de Madrid, concretamente, la del Valle Norte del Lozoya.
Se compone de los Alcaldes de 14 municipios y su sistema de representación, obviamente representativo y democrático elige entre uno y tres representantes de cada municipio, obviamente el representante ineludible es el alcalde y alguno o algunos de los concejales, en total cada municipio aporte entre 1 y 3 vocales.
¿Para que sirve una mancomunidad? es la pregunta del millón. Ésta concretamente, en sus estatutos, establece que se dedicará a la ejecución de obras y prestación de servicios relacionados con la friolera de 16 fines, pudiendo asumir más servicios, incluso. Nuevas tecnologías, viario rodado, protección civil, aunque muy heterogéneos, aquí tenéis algunos de sus fines. Pero el objeto de esta entrada no es la confusión estatutaria. El objeto de esta entrada trata de cuanta fullería cabe en esta mancomunidad.
Comenzaré con la definición que del término fullería realiza la RALE:
fullería: trampa o engaño que se comete en el juego.
Iniciaré el despiece por los órganos que gobiernan esta organización. El principal órgano, el que dota de naturaleza democrática a las decisiones tomadas es la Junta de la mancomunidad, compuesta por los representantes legítimamente elegidos en los plenos de los Ayuntamientos. Los vocales son elegidos democráticamente de entre los concejales, por mayoría simple. Blanco y el botella. Si no eres concejal o alcalde no puedes representar a tu municipio.
El siguiente órgano de gobierno es el Presidente. Éste órgano es elegido de entre los alcaldes representados en la Junta, repito elegido entre los alcaldes, SI NO ERES ALCALDE, no puedes ser candidato a presidir la mancomunidad. Parece que las normas son claras, además para remachar el clavo, se exige la dimisión del Presidente elegido si por cualquier causa dejara de ser Alcalde en su municipio. Nuevamente, blanco y en botella.
Pues bien, en la Mancomunidad de servicios de la Sierra Norte de Madrid, ha sido nombrado "democráticamente" un vocal representante del municipio de Buitrago, que no obstenta al cargo de Alcalde de este municipio, ni de ninguno de los mancomunados. ¿Blanco y en botella?
Para justificar semejante tropelía, nada más y nada menos que el Secretario interventor de esta mancomunidad, emite un informe a petición del ya elegido "presidente", en el que nos cuenta que no ser alcalde, no tiene importancia y que elegir a un candidato electo que no es Alcalde es POSIBLE.
¿Qué les parece este cuento? A mi me parece inaudito.
Ya se han producido bastantes más actos en esta representación pública. Estar atentos, por que no tienen desperdicio.
¿Impugnarán los vocales semejante proceso de elección?
¿Dimitirá el fingido presidente?
¿Dimitirá el partidario secretario?
¿Dimitirán los atónitos vocales?
En breve saldremos de dudas.









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