04 noviembre 2023

El pentálogo del político moderno


 Definitivamente, mi maestro Pedro Sánchez, me ha abierto los ojos. Durante los últimos años he pedaleado junto con otros ignorantes e ilusos, como yo, en algunas organizaciones políticas centristas o centradas. Me leía me aplicaba sus estatutos, acudía a sus mitines, acudía a sus concentraciones y manifestaciones, actuaba en las redes, adjudicando "hastags" a diestro y siniestro, incluso me presenté a las elecciones del candidato a la presidencia de la Comunidad Autónoma de Andalucía, en las que obtuve un, para mí, más que honroso 18 % de los votos de los afiliados votantes andaluces, participé como responsable de organización del partido en la localidad de Estepona, y durante un tiempo fui el responsable de formación en Andalucía.

Todos estos menesteres los realicé libremente, sin ningún tipo de lucro ni de interés, más bien me costó gastar mis propios caudales, todos los que habéis participado como afiliados activos en cualquiera de las organizaciones políticas españolas sabéis que apoyar a tu partido, te cuesta tu valioso tiempo y tu valioso dinero, y obviamente no hablo de las cuotas mensuales. 

Para los que me conocéis, sabéis que toda esta actividad la he realizado sin ningún tipo de interés ni político ni personal, los que no me conocéis, no tenéis más que seguir mi currículo.

En algún momento de esta andadura política, comencé a apreciar que los estatutos, los principios políticos, éticos y morales, la democracia interna y externa seguían una senda que difería de la realidad a medida que los hechos se iban sucediendo. La democracia en el interior de los partidos resultó ser INEXISTENTE, la democracia que nos llena la boca cuando hablamos de nuestro fantástico régimen político, también es inexistente, se encuentra igual de lejos de la auténtica democracia como la democracia interna de las organizaciones políticas. Los estatutos de los partidos se cumplen si interesa, ni no interesa, se ignoran. Los afiliados de todos los partidos son solo carne de cañón, mano de obra esclava y altavoces gratuitos de las consignas oficiales. Que decir de los divinos líderes, todos ellos, que decir de las ideologías, si es que se puede aplicar este término a ese conjunto de ideas bazofia interesadas, que decir de las conexiones entres redes sociales, medios de comunicación y partidos políticos, etc, etc, etc.

Buscando algún tipo de explicación a la realidad que de manera machacona se dirige y actúa en contra de los intereses ajenos a los intereses de los dirigentes políticos, igual que muchos otros, terminas acudiendo a los clásicos y como no, terminas leyendo a Tsun Zu y a Maquiavelo y a tantos otros como a Gonzalo Sichar.

Leyendo a Maquiavelo, empezaron a tambalearse algunos de mis principios, pero definitivamente ha sido el gran Maquiavelo nacional, el gran maestro de maestros, el que me ha abierto los ojos. Creo que seré capaz de sintetizar en cinco puntos las líneas maestras que en el caso de que quieras dedicarte a la política, debes de seguir a rajatabla:

  • Tus intereses personales son tus únicos y auténticos principios.
  • Tus propuestas inamovibles y eternas, las mantienes hasta que son sustituidas por otras propuestas mucho mejores, inamovibles y eternas, pero principalmente mejoran tus intereses.
  • Tus verdades, que pregonas a los cuatro vientos tienen un único objetivo, engañar a amigos y a enemigos, ya sabes que en política los amigos son falsos y los enemigos son auténticos.
  • Tus amigos y enemigos tienen una única función: maximizar tus intereses. Todo tu entorno debe de sentirse confuso con tu forma de actuar, tu explicación es sencilla: no tienes la suficiente categoría intelectual para comprender su comportamiento.
  • Cuando te flaqueen estos principios, piensa que todos los socios, amigos, enemigos, votantes y beneficiarios transitorios, cuando se den cuenta de que eres lo peor de lo peor, te tirarán al vertedero, al cubo de restos para incinerar, por lo tanto, debes de mantenerte impasible el ademán todo el tiempo que sea posible, ya que probablemente tus artes sean descubiertas, más pronto que tarde y de manera inexorable termines en el vertedero.
También puede ocurrir que seas realmente bueno en la aplicación de tu pentálogo y acaben levantando estatuas con tu nombre y tu cara, poniendo tu nombre a grandes avenidas e incluso a los aeropuertos.

Francamente, no me veo capacitado para autoaplicarme este pentálogo, así que seguiré intentando que me engañen lo menos posible, me utilicen lo menos posible e intentar construir con otros individuos que entiendan este tinglado político de manera similar a la mía, una capa de la cebolla en la que los intereses individuales no sean machacados por las superestructuras políticas, mediáticas y económicas y que sean respetados los intereses que tenemos como participantes de diversos colectivos ciudadanos en los que libremente decidamos participar.
 









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