Con las últimas reformas al Código Penal aprobadas por el Congreso, se tipifica el delito de suplantación de identidad de la siguiente manera:
A quien por medios electrónicos o a través de Internet, se atribuya los datos de otra persona, generando con ello un daño moral o al patrimonio, al obtener un lucro indebido, lo que se sancionará con prisión de tres a ocho años y multa de mil a dos mil salarios mínimos (1).
Particularmente, esta medida me parece de correcta aplicación, lástima que ocurra en el Estado de Jalisco,
Es evidente que este tipo de actuaciones de suplantación deben de ser "remuneradas" judicialmente con una buena dosis de sanción de privación de libertad y de sanción económica (el bolsillo es lo que más duele).
Pero, que sucede, si la suplantación la realiza un ciudadano sobre su propia persona. El ordenamiento jurídico al respecto no recoge ninguna norma punitiva a este comportamiento. Supongamos que un individuo de 56 años de sexo masculino, de mediana estatura, de pelo castaño y entrecanoso, del pelo que le queda, para entendernos, de origen peninsular, aclaro, de la península ibérica, por lo que se puede entender que es de nacionalidad española, casado en primeras nupcias con,.... con hijos o sin ellos, con un nivel cultural entre bajo y medio, no me refiero a su nivel de estudios, este baby boomer es probable que tenga cierto nivel de estudios y haya desempeñado trabajos burocráticos sin gran trascendencia ni enjundia.
Ahora me viene a la memoria la letra de la canción de JA Laborteda, "réquiem por un pequeño burgués", y me parece que describe perfectamente a este individuo autosuplantado.
Es para usted que está en la burguesía,
es para usted que va hacia la oficina,
es para usted que muere día a día
para quien yo canto esta melodía
¡Ay, mi señor, mi pequeño burgués,
que atroz es tu agonía y tú sin responder!
Eres así, humilde y servidor
porque nunca has pensado
en gritar tu dolor
y tu mujer va a misa al mediodía
sin comprender cuál es tu buen camino
Un cambio de nombre, no está mal, si tus propios padres te han satirizado con Idiocio, Tancredo, Tontino, Telesfuria, Valconio, o similares, pero cambiarte también el apellido, me parece algo todavía más serio y relevante de la personalidad o más bien, de la falta de personalidad de nuestro individuo autosuplantado.
(1) LXIII legislatura del Estado de Jalisco
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