Cameron, aparte de su criticable antieuropeismo sistémico, no está pidiendo nada fuera de lo normal.
- Quiere rebajar las cantidades de prestaciones sociales a los residentes comunitarios en suelo británico, cuando lleven menos de 4 años
- Quiere que la mayor integración económica europea no perjudique a su economía y
- Quiere que el nivel de regulación no aumente.
Personalmente, estimo que sus pretensiones son de un realismo ajustado. Es evidente que el estado de bienestar hace muchas aguas, por lo que es evidente que alguna medida habrá que tomar para evitar su hundimiento, la medida propuesta es sin duda controvertida, pero avanza en el camino de la sostenibilidad del sistema.
Que Cameron intente proteger su economía, es lo menos que se puede pedir a cualquier líder, hacer lo contrario, además de suicida, debería de ser motivo para celebrar nuevas elecciones. En España bien que conocemos el perjuicio que ha provocado y seguirá provocando la adhesión a la moneda única. Nuestra situación económica actual sería radicalmente diferente si no nos hubiéramos integrado en el falaz, mediocre, injusto y ortopédico sistema monetario europeo, con el euro al frente. Los estadistas británicos anteriores a Cameron, esto se lo sabían de memoria, ¿y que hicieron?, sencillo, mantener su moneda y por lo tanto no cedieron su soberanía sobre su política monetaría y su política cambiaria. Caminan cerca del euro, pero no amarrados al euro.
Y por último que decir de evitar o reducir la superregulación a la que nos someten los burócratas europeos. Legislar sobre todas las cosas, no es legislar, es maniatar, encorsetar y solidificar la cosa legislada, y cuando hablamos de economía, es justo lo que no se tiene que hacer, pero de igual manera, pienso, sobre cualquier otra cuestión no económica. Por lo tanto, la opción de menos burócratas y menos legislación,debería de estar impreso en los tratados comunitarios. Es justo lo que pide Cameron, si se suscribe una nueva norma, por lo menos, que se retire otra norma.
En resumen, que las peticiones británicas deberían de aplicarse no solo a las islas del Canal, nuestro propio país, que tanto se ha beneficiado de la integración en la EU y que tanto se ha perjudicado por su integración en el euro, debería de apoyar las propuestas británicas, sin dilación y sin dudar.
Indudablemente, otras opiniones circulan en sentido contrario a la que aquí expongo, pero me parecen que no conducen a una mejor Unión Europea, que espero sea el objetivo de todos.

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